LA DIABETES
Las consecuencias de tener durante años un nivel elevado de azúcar en sangre sin hacer nada para remediarlo son graves: daños oculares, deterioro renal, alteraciones nerviosas y circulatorias, heridas que tardan en cicatrizar, propensión a padecer infecciones y un riesgo mucho mayor de sufrir un infarto cardíaco o un ataque de apoplejía. Hay que tomar conciencia de que la diabetes mellitus es un cuadro clínico complejo, que tiene serias repercusiones sobre la calidad y expectativas de vida de los afectados.
A nivel mundial esta enfermedad ha ido creciendo en los últimos años, siendo mayoría la denominada “diabetes senil”, una diabetes de tipo 2 que se desarrolla a edades avanzadas.
REGULACIÓN DEL AZUCAR
En las personas que no padecen esta enfermedad, el nivel de glucosa (o azúcar en sangre) varía a lo largo del día dependiendo de las comidas. En la mañana los valores normales oscilan normalmente entre 70 y 110 miligramos por decilitro de sangre (mg/dl). 2 horas después de la ingesta de una comida estos valores oscilan entre los 120 y 140 mg/dc. A partir de los 50 años, en personas sedentarias, estos valores sufren ligeros incrementos. Hay que tener en cuenta que la glucosa es el combustible energético celular, de ahí su importancia.
La insulina y el glucagón son las dos hormonas segregadas por el páncreas que se encargan de regular el nivel glucosa. Cuando el nivel es bajo, el glucagón estimula al hígado a liberar glucosa. Cuando es alto, la insulina, que es la única sustancia capaz de transportar la glucosa, se encarga de que las células adiposas absorban el exceso.
Cuando existe un problema de segregación de insulina, la glucosa no llega hasta las células, permaneciendo en el torrente sanguíneo y deteriorando el sistema circulatorio.
TIPOS DE DIABETES
- Tipo 1: El páncreas produce muy poca o nada de insulina, por lo que la misma debe ser aportada externamente mediante inyecciones. Este tipo de diabetes es resultado de diversos factores, como predisposición genética, enfermedades víricas, desarreglos del sistema inmunitario et
- Tipo 2: Es la que padece el 90% de las personas afectadas. Su desarrollo es distinto al tipo 1. La insulina sigue produciéndose, pero las células se han vuelto resistentes a la misma. Al principio el organismo es capaz de compensar la mayor demanda haciendo que el páncreas segregue más cantidad. No obstante, conforme pasa el tiempo la insulina se va agotando y se convierte en diabetes del tipo
Suele ser consecuencia de varios factores, también el hereditario, pero principalmente sobrepeso, falta de ejercicio y alimentación rica en grasas.
SINTOMATOLOGÍA- INDICIOS
- Incremento de la sed
- Incremento de la micción
- Calambres nocturnos en las pantorrillas
- Cansancio
- Olor a acetona en el aliento
- Debilidad
- Dificultad de concentración
- Visión borrosa
- Dolor de cabeza
- Mala cicatrización de las heridas
- Problemas de impotencia
En las personas afectadas por la diabetes Tipo 1, estos indicios aparecen de forma casi siempre aguda y drástica, mientras en el Tipo 2 son de aparición paulatina y puede tardarse hasta dos años en diagnosticar la enfermedad.
CÓMO COMBATIR LA DIABETES DE TIPO 2
En la mayor parte de los casos de este tipo de diabetes no es necesaria la toma de pastillas de por vida ni tan siquiera la total anulación de la ingesta de azúcares.
Se puede reducir el nivel de azúcar en sangre con un cambio de hábitos:
1.- ADOPCIÓN DE ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA, BAJA EN GRASAS Y AZÚCARES
Debe darse prioridad a los hidratos de carbono de absorción lenta, ricos en fibra y los productos elaborados con harinas integrales, sustituyendo las grasas animales por las vegetales.
- Arroz integral.
- Cereales integrales.
- Hortalizas.
- Patatas (horno o cocidas)
- Legumbres.
- Pan integral.
- Frutas (como fresas, frutos rojos o cerezas)
Entre agua, infusiones y zumos naturales hay que ingerir dos litros diarios.
2.- PRÁCTICA REGULAR DE EJERCICIO FÍSICO
Abandonar el sedentarismo y practicar de forma rutinaria un deporte es imprescindible para la quema de azúcares y grasas.
Un simple paseo diario de un mínimo de media hora a un ritmo que permita mantener una conversación es un buen inicio.
Poco a poco, tanto el ritmo como el tiempo ser irán incrementando sin apenas darnos cuenta, conforme nuestro cuerpo se vaya adaptando a esta rutina.
3.- DESCANSO Y VIDA SANA
En un país como el nuestro, en el que todo lo celebramos alrededor de una buena mesa, es muy complicado evitar un exceso de ingesta y alcohol de vez en cuando, pero la persona afectada por esta patología debe intentarlo y moderarse. Como para casi todo, el alcohol, el tabaco y el estrés son desaconsejables.
Una vida ordenada en lo tocante a horarios de comidas y descanso son del todo necesarias.
Además de ayudar a reducir el nivel de azúcar en sangre, estos cambios de hábitos ayudarán a bajar peso, estabilizar la presión arterial y disminuir el exceso de grasa en sangre, minimizando la aparición de enfermedades del sistema circulatorio y cardiovascular.
Si estas medidas no son suficientes, el médico de cabecera recetará antidiabéticos orales o, en su caso, la terapia con insulina.
LA CANELA: UNA AYUDA EN LA DIABETES DE TIPO 2
El canelo es un árbol que puede alcanzar los 10 metros de altura con un espesor de tronco máximo de 50 cm.
La canela se obtiene de sus ramas, que están cubiertas por dos cortezas, una de color blanco amarillento y otra más esponjosa e intensamente aromática.
Su origen es el sur de la India y Sri Lanka (antigua Ceylán) donde crece de forma espontánea. Una tradición china de más de 2000 años reserva por decreto el disfrute exclusivo de la canela al emperador chino Shen-Nung Kwai.
La canela ha sido usada desde la antigüedad, además de en la cocina y repostería, como planta beneficiosa para la salud. Ya en el milenario sistema indio del Ayurbeda (“ciencia de la vida”), con más de 3000 años de antigüedad, se otorga a esta especia un gran valor por sus propiedades antiinflamatorias y estimulantes de la circulación sanguínea.
La canela aparece en la gran mayoría de los tratados de plantas medicinales por sus diversas propiedades beneficiosas como antiséptico, antiespasmódico, larvicida y sedante nervioso. Estudios recientes realizados por equipos de investigadores han demostrado que la corteza interior seca de las ramas del árbol de la canela contiene un componente de estructura química similar a la insulina que es capaz de influir, no sólo sobre el metabolismo del azúcar, sino sobre el de las grasas.
En el año 2003, una investigación del “Human Nutrition Resarch Center” de EEUU dejó constancia de que el consumo regular de canela de primera calidad mejora considerablemente los niveles de colesterol y azúcar en sangre.
El Diario Farmacéutico de Alemania, en su edición del 11 de diciembre del mismo año afirma que los investigadores dan por demostrado que “el consumo de canela fina tiene como consecuencia una mejora del metabolismo de la glucosa y mejores niveles de lípidos en sangre.”
La red de redes está plagada de artículos a este respecto:
http://www.mis-remedios-caseros.com/canela-para-diabetes.htm
http://revertirladiabetesesposible.com/es-beneficioso-utilizar-canela-para-la-diabetes/
http://www.canaldiabetes.com/la-canela-reduce-el-azucar-en-sangre/